lunes, 26 de mayo de 2014

LA MODA EN LA POLÍTICA

Los políticos españoles gobiernan con uniforme: un traje, y la mayoría de las veces mal llevado. El Parlamento no solo no es ninguna pasarela sino que sigue muy de lejos la moda de la calle. Si los políticos no se quitan su uniforme, el de las políticas todavía no está definido del todo. Aquí no se presta tanta atención a esta faceta de la imagen política como en otros países, aunque se hacen progresos. 
Tiene que ser coherente, serio, dar cercanía y seguridad al que la lleva. Esto es lo que debe buscar el estilismo gubernamental, todo equilibrado para que el político resulte creíble.
Un político no debería ir jamás vestido a la moda, porque la moda es un sistema con caducidad y un político no puede permitirse caducar cada seis meses. Su objetivo es perdurar en el cargo y en el tiempo.

El atuendo de la mujer política todavía no está completamente definido. El uniforme político femenino hay que construirlo de nuevo, sentencia Centeno. El del hombre fue creado para ellos cuando nadie imaginaba que la mujer iba a entrar en política. 
La mujer  o se viste imitando la vestimenta de sus colegas masculinos o se feminiza, las dos opciones no eximen de juicio, siempre van a recibir críticas.
 La imagen de la derecha se ha ido modernizando, sobre todo después de que el expresidente José María Aznar comenzase a lucir una melena informal.
 En personas de más de 50 años el uniforme es más parecido, es una edad en que los cambios tampoco se aceptan tan rápidamente.

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